Dos cartas consecutivas son lo que tú y yo llamaríamos acoso, "ñañería" si gustas. Siempre pensaste que una prudencial distancia entre la familia y amigos era la clave para la armonía. "Santo que no es visto no es señalado" citabas a menudo. "Prefiero que me extrañen a que se cansen de verme" afirmabas. Es una fórmula que en mi experiencia personal da buenos resultados, pero parece que transgredir tus reglas de vida se ha convertido en uno de los temas de estas cartas. Cóncedeme otra misiva por favor; es que te has instalado en mis pensamientos últimamente y me hace bien escribirte. Siempre nos entretuvo el hecho de que nuestros cumpleaños cayeran el mismo día de la semana. Hoy celebro 29 primaveras. Curioso que usemos esa acepción de la palabra primavera en un país con solo dos estaciones. Este día habría empezado probablemente con la llegada de alguno de tus paquetes llenos de fundas de tango, huevos de faltriquera, troliches y esas golosinas que siempre disfruté. Puedes sentirse orgullosa porque tu devoción al igual que esos dulces han dejado en mi paladar una sensación de dulzura que ha trascendido el tiempo.


Tu particular sentido del humor ronda mis pensamientos con mucha frecuencia. Esos chistes particularmente sosos eran tu especialidad. Podías prorrumpir en carcajadas ante los trillados chistes de un payaso callejero. "Señora, si su hijo come tierra, ¡cómprele un terreno!". Evocabas repetidamente los chistes del Chavo del Ocho y te identificabas con la tremenda Chilindrina. Catalogada por algunos sicólogos como una influencia perjudicial para los niños, te solazabas con la eterna disputa entre Don Ramón y Doña Florinda. "Me late que Don Ramón y la Bruja del 71 eran buenos amigos" dijiste un par de veces. Una rápida consulta en la web sugiere que tenías razón. Cundías más veces de las que querrías admitir, ante la ingenuidad de Bob Esponja y la estupidez de Patricio Estrella. Cuestionábamos con frecuencia su idoneidad para un público infantil. Se convirtió en un ritual ver "Los Picapiedras" a la 1pm en canal 4. Los apelativos que Pedro usaba para referrirse a Pablo eran continua materia de solaz para nosotros. "Papa con ojos", "enano inmundo y tragón" decía tu cavernícola predilecto. Debemos admitir que la adaptación de los Picapiedras al público latino es digna de encomio. Cantinflas se convirtió en "Roquinflas" y Vilma era fan incondicional de "Gary Granito". Familia Peluche era una de tus continuas recomendaciones para un momento hilarante. También me río repetidamente ante la imagen de Ludovica Peluche llamando "tejón de coladera" a su infortunado marido. El cándido y refrescante humor de la "Tremenda Corte" era una continua fuente de citas. No cabe duda que esa magnifica habilidad de José Candelario (alias "Tres Patines") de distorsionar las palabras te fascinaba. Este carismático estafador podía convertir el semáforo en "mamífero" y a Luis Demetrio en "Luis Dromedario". De vez en cuando cedo a la tentación de buscar sus intrincados y originales fraudes en la web. Ver contigo los X-men en la televisión es una de mis memorias favoritas. Me encanta decirle a todo el mundo que eras fan de la adaptación animada del cómic de Marvel. Fue un privilegio ver juntos las películas en el cine. Desde que nos separamos ya no acudo al cine con tanta frecuencia. Difícil misión es encontrar una compañía con tu nivel de pasión por el séptimo arte.

Tus contribuciones al castellano merecen ser mencionadas. "Esa muchacha es una refistolera" sentenciaste alguna vez. Con cierta vergüenza admito jamás haber buscado la palabra en el diccionario, más bien haber usado mi natural recurso deductivo para concluir que te referías a una chica muy desenvuelta con una pizca de agresividad. Lo cierto es que con ver a una chica, soy capaz de determinar si es refistolera o no. "Jebudo" por desgracia no está registrado en el diccionario de la RAE. Y es que es un reto describir un "pan jebudo", por eso pretendo proponer a la RAE incluir como acepción "Dícese del pan cuya consistencia se asemeja a la de la panadería ubicada en las coordenadas geográficas -2.160137°, -79.840579°". "Las volantuzas", si bien suena como el próximo hit telenovelezco sobre el trillado tema de los carteles del narcotráfico, no es más que una de las palabras que utilizabas para describir a las jovencitas precoces que salían a exhibirse con poca ropa. El verbo "volantucear" suena muy cómico.

No te quiero aburrir más por hoy con mi literatura de segunda. Te complacerá saber que me dueles menos ahora porque he aprendido a sonreír cada vez que alguna de nuestras vivencias irrumpe en mi cabeza. Tus dejos, tus maneras, tus anécdotas, todo lo que fuiste es una especie de antídoto contra la tristeza que mi cabeza chiflada ha aprendido a sintetizar. Algunos podrían percibir como que te he idealizado. No tengo argumentos para rebatir eso, mas es irrelevante porque al final de cuentas eso me hace feliz. No sé como reaccionaré al ver los videos en los que apareces viva y sonriente. Los he evitado a propósito aunque una parte de mi sabe que estoy destinado a verlos de nuevo. No dudes que te volveré a escribir porque nuestra historia da para esto y mucho más. Con frecuencia lamento no haberte podido decir que te amo en tu lecho de agonía.